Crónica del almuerzo del 3/7/2011

Para poneros los dientes largos con el almuerzo pantagruélico que nos pegamos el domingo, la crónica de la salida la vamos a ventilar rápido: 13 corredores, dos revolcones sin consecuencias, rotura de una maneta de freno, pocos kilómetros pero buenas bajadas. En general la tónica dominante de la salida fue el ansia por llegar al almuerzo: unos por engullir y otros por abrevar (y no agua precisamente).

Al turrón: con la baja de Jordi Bello y las incorporaciones de los lesionados/convalecientes Joselu, Enrique y Breo, el pelotón de la SGA se personó británicamente a las 12:00 horas en Casa Juaco para proceder a fusilar el almuerzo que allí nos esperaba.

Los lectores asiduos al blog sabrán que en nuestras crónicas no tiene cabida la hipérbole más que para dar una pátina humorística a las mismas. La nutrición en el deporte no es un asunto baladí para nosotros; como deportistas de élite que somos, la dieta es algo que nos tomamos muy seriamente y que llevamos a rajatabla (indispensable para dar la talla en las salidas). Es por ello que la crónica del almuerzo se ciñe con total rigor a los hechos, sin ningún aderezo ni magnificación.

Realizada esta aclaración, pasamos a la crónica propiamente dicha.

Nada más tomar asiento procedimos a hidratarnos con un zumo de gramínea fermentada en agua, que los más osados aderezaron con un toque cítrico carbonatado.

Restablecido el grado de humedad en nuestros cuerpos, y siguiendo el orden establecido por el atento maitre que nos atendió, fuimos pidiendo los alimentos que más se adaptaban a nuestra dieta. La oferta era amplia, pero la mayoría se decantó por embuchado de artiodáctilo (tanto al toque de hematíes y arroz como con especias) con frutos de vainas cocidas o tubérculos y huevos calentados en aceite. No faltó quien eligió hoja de tocino ahumada entreverada con magro, acompañada por diferentes guarniciones bajas en calorías.

Común en todos los casos fue la ingesta de pan con tomate, por conjugar de una manera muy mediterránea los hidratos de carbono y la fruta indispensables en la dieta de cualquier deportista.

Durante la comida es necesario ir bebiendo, por lo que el agua fue sustituida en algunos casos por zumo de uva fermentado; así, al mismo tiempo que nos hidratábamos, estábamos tomando parte de la cantidad diaria recomendada de fruta. Trucos de deportista de élite que compartimos con vosotros de manera desinteresada.

Concluida la toma de las exiguas raciones que nos recomienda nuestro equipo de nutricionistas, pasamos a las infusiones de semillas tostadas con aderezo lácteo en algún caso. Proverbial es la necesidad de Goyo de tomarse un café con leche 3 veces al día como mínimo (él insiste que es por prescripción médica, pero no lo tenemos muy claro).

Tras la comida, se revisó la equipación para la realización de las pertinentes fotos de grupo; como nadie quiso tuvo la precaución de ponerse la servilleta a modo de babero, los lamparones estucaron el 90% de los maillots y algún que otro culotte. Agotado el Cebralín de Casa Juaco, nos dimos por vencidos y dejamos la limpieza de la ropa en manos del detergente del siglo XXI: Photoshop.

Tras la sesión fotográfica, regreso al punto de partida para continuar con la rehidratación... el calor hace perder mucho líquido y hay que reponerlo sin falta. Qué dura es la vida del ciclista!