La diferencia entre llovizna, chubasco y lluvia

Quién nos iba a decir que una marcha de resistencia a Montserrat nos serviría para ampliar nuestros conocimientos sobre meteorología, con una demostración práctica sobre el terreno incluida.

En el horario previsto, 5 miembros de la SGA con la adición de Jose desde Terrassa, Siscu desde el Clot, Pepe desde Tarragona y Carlos llegado de su exilio en Canyelles, salimos mientras lo que se podría catalogar de llovizna nos confirmaba que todas las previsiones meteorológicas consultadas se iban a cumplir: nos tocaría mojarnos.

Los detalles del track los tenéis por aquí debajo, así que no entraremos a pormenorizar en la toponimia de las zonas que cruzamos en los más de 60 kilómetros de ruta y nos centraremos en las sales que aliñaron el camino, que 14 horas andando dan para mucho.

El cursillo de meteorología constó de 3 fases: concepto de llovizna entre las 19:00 y las 21:00 horas, introducción a los chubascos de 21:00 a 22:00 horas y prácticas de lluvia de 22:00 a 23:45 horas, con reválida de 00:30 a 2:00 horas. Decir que todos aprobamos con nota, pues literalmente nos empapamos de la materia.

Cumpliendo estrictamente con el horario impuesto por la organización y en un milagroso receso del clínic climático, cenamos en plan romántico a las 00:00 horas en el camposanto de Les Roques Blanques del Papiol; a la luz de las velas que había en alguna tumba. Entre lápidas y problemas generalizados de meteorismo engullimos bocadillos de fiambre (muy apropiados para el lugar escogido para el ágape), barritas, fruta... 22'5 kilómetros de caminata dan ganas de comer. Lo certificamos.

Otro de los conocimientos adquiridos durante la ruta es que en función de las características geotécnicas del terreno, el agua le afecta de una u otra manera. Por poner dos ejemplos simples: en terrenos arcillosos el agua provoca la aparición de suplementos en la suela del calzado que los transite (nuestras bambas llegaron a tener plataformas de 10 centímetros, ríanse de las que calzaba Gene Simmons) mientras que sobre limo, el agua te permite ahorrarte el uso esquís para deslizarse colina abajo (incluso cuando la estás subiendo).

A modo de conclusión, llegar a Montserrat caminando de noche tras haber soportado un intenso aguauno (lo que viene después del aguacero), después de tener que cruzar rieras sumergiendo los pies en ellas y cuando te has deslizado por barrizales cuando intentabas subir o bajar una rampa es una hazaña al alcance de pocos. De hecho, al alcance del 44'44% de las personas que iniciaron la ruta; el cuerpo de algunos suplicó clemencia y el cese inmediato del castigo. Unos le hicieron caso y abandonaron antes de llegar al Monasterio, mientras que otros desoyeron los ruegos de sus maltrechas rodillas y caderas para continuar su camino hasta la meta marcada. Los primeros velaron por su salud y los segundos demostraron que su devoción por la Moreneta no tiene límites.

 

Track en formato GPX o en formato Google Earth.